viernes, 20 de marzo de 2015

COLABORADORES | Escenografía con J. DARÍO MARTOS

J. Darío Martos es un joven arquitecto, escaparatista y escenógrafo valenciano que actualmente se dedica a la bisutería en una tienda del centro histórico de Valencia. Siempre interesado por el arte en todas sus vertientes, el leitmotiv es su principal herramienta de creación y que vincula a todas sus actuaciones profesionales.

Si deseas que tus sueños 
se hagan realidad, ¡despierta!” Ambrose Bierce

¿Cuáles son las principales tareas del escenógrafo? Hay que pensar en una exposición como un escaparate, es decir, hay que "vender" algo. En este caso no hablamos de vender un producto o un servicio, sino una idea; una idea que acompañará al visitante desde que entre hasta que salga de la misma y es la imagen que se llevará a su casa. El escenógrafo debe transmitirla sin usar palabras, sólo con elementos y distribuciones. El montaje ha de ser suficientemente cuidado, siendo coherente con la exposición, pero también discreto para no competir con las piezas expuestas. Es una búsqueda del equilibrio y la comunicación.


¿Cómo y por qué decidiste a unirte al proyecto de la Exposición Alternativa de Indumentaria Valenciana? Una de las diseñadoras me lo comentó y me pareció un proyecto muy interesante. En cierta manera, era un pequeño reto tanto por la ambiciosa ideación como por el limitado presupuesto. La verdad es que no cuesta mucho convencerme para cualquier sarao, así que casi fui yo personalmente quien pidió que contaran conmigo para el proyecto. 

¿Cómo es el proceso desde que su creación hasta el montaje? Depende muchísimo de las dimensiones de la escenografía. No es lo mismo el montaje requerido para una exposición con vitrinas de piezas grandes que uno en el que te tienes que encargar básicamente de las cartelas y algunos pocos detalles más. Hay que tener muy en cuenta dónde se realizan las piezas, qué capacidad de transporte se tiene y en cuánto tiempo y cómo pueden montarse en el lugar. La parte práctica es vital: si pierdes de vista en algún momento los medios y recursos de los que dispones, dará igual que el concepto sea genial si no puedes adaptarlo a los mismos. Teniendo en cuenta todo esto, el montaje es mecánico y simple.

¿Qué materiales utilizaste en la composición y distribución de los elementos en el espacio? ¿Qué idea o imagen querías aportar a los vestidos expuestos? La inspiración principal para este montaje fue la dedicación al trabajo en la huerta valenciana. Es por ello que la madera se presenta desnuda, recordando a los cañares de l'Albufera o al socorrido pi de riu que bajaba antiguamente por el río. La cuerda recuerda al cáñamo o al esparto que tradicionalmente se ha trabajado en nuestras comarcas desde en cestas a espardenyesPara que el referente fuera directo y al ser los postes ligeramente inestables, dimos solución a un caso práctico sin renunciar al concepto: decidimos llenar las cestas de las bases con naranjas. Además, se dispone un corcho en la pared mostrando que los trajes no surgen de la nada pues todo es un proceso complejo y lleno de decisiones, a veces contradictorias. Personalmente me atrae ese conflicto, ese proceso de deliberación, de  un paso adelante y dos atrás que conlleva todo trabajo creativo.
Por supuesto, la imagen se desvincula de los vestidos. Tener tal diversidad de colores, texturas y estilos hubiera hecho impracticable una escenografía particular para cada uno. Había que buscar unos elementos unificadores, que tuvieran presencia pero que fueran neutros y discretos. 


¿Cuáles son tus inquietudes como arquitecto y/o diseñador de espacios? Los arquitectos, interioristas, escenógrafos y todos aquellos que trabajamos con el espacio (adoro esa denominación moderna de artes espaciales) debemos tener en cuenta, antes que nada, que el objetivo último de nuestra obra son las personas y su comodidad tanto estética como práctica. Y es ahí donde denoto su relación con el diseño de moda. Ninguna de las disciplinas de las llamadas artes aplicadas pueden olvidarse del usuario último, porque aparte de la estética requieren un uso.
Esto que parece tan banal y básico, ha ido desapareciendo de la arquitectura y del urbanismo, mis campos de trabajo e investigación. Las ciudades ya no son de las personas, son de los coches. Las casas ya no son de la gente, son de la rentabilidad inmobiliaria. Los equipamientos públicos ya no son de la ciudad, son del ego de los arquitectos que los realizan. Hay que volver abajo, hay que darse cuenta de que no podemos perder de vista a la gente, a sus emociones, a su vitalidad y sus conexiones con lo que está viendo o viviendo.
La capacidad de sorpresa, de sueño, de enamoramiento. Ese momento en el que entras en una casa de los años veinte y sólo puedes decir wow. Cuando entras en una pequeña ermita construida hace mil años perdida en la montaña y sólo te sale wow. Visitando el Taj Mahal y diciendo wow. Ésa emotividad, esa relación entre el corazón del usuario y el del espacio construido es lo que me interesa y motiva.

¿Tienes algún proyecto entre manos actualmente? Como proyecto personal estoy llevando una tienda de bisutería y como arquitecto o "artista espacial" una serie de pequeñas propuestas urbanísticas en mi pueblo natal, Silla.

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